
Entre las brumas aparecen cientos de almas sofocadas, luchando por subir a la superficie. Lloran y reconozco esas lágrimas como propias. Las lágrimas son liberadoras. Son señales de que estás tocando verdades encubiertas, heridas emocionales y son el primer paso para sanarlas
.
Esas almas me enseñan que llorar es de valientes. De aquellos que se atreven a sentir el dolor, a acogerlo y a ser conscientes de su propia vulnerabilidad diluyendo las corazas de nuestro ego.
Lloran y yo con ellas. Las lágrimas son camino de transformación.
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