Tú que ahora estás leyendo ésto no esperes encontrar relatos de calidad, ni brillantes ni siquiera originales.Es mi rincón, el lugar donde dejo fluir mi imaginación, mis sentimientos y la tapadera que guarda mi esencia.Gracias por entrar en mi rincón, siempre serás bienvenido.

septiembre 25, 2011

Nada , quiero, o qué se yo.

Nada, por fin se oye nada. Ahora espero que se callen hasta mis pensamientos para poder encontrarme. Hace tiempo que me resulta difícil saber que soy yo y no un autómata, no mi propio replicante.

Busco el espacio donde no existe nadie ni siquiera tú. Hace frío pero me hace sentir viva, Luego buscaré el calor de tu espalda, ahora solo quiero ser yo. 

Quiero saber que soy no que estoy. Quiero saber que hago sentir no que siento.Saber que soy capaz de reír por nada que buscar cosas por las que reír. Quiero la libertad de mis sueños y no soñar que soy libre.
A entender que a mis casi cincuenta ya no puedo ser como a los treinta porque ni mi cuerpo ni el rostro que me devuelve el espejo es el que yo recuerdo. Quiero desintoxicarme de pasado y vivir. Quiero pensar en mi porque encontraré el espacio para vivir por ti.

Tú una y otra vez. Un veneno sin antídoto, un sueño sin tiempo. Acompañame a estar a solas, enséñame el camino que me lleve a mi. Ayúdame a renunciar a las ausencias que no borran los recuerdos.

septiembre 21, 2011

EL COFRE DE PALABRAS



-Tráeme eso nena, por favor.
-¿El qué mamá?
-¡ Eso! - decía señalando- aquello que está allí. Hija pareces boba nunca entiendes nada.
Siempre me pareció graciosa la manera en que mi madre solía pedirme cualquier cosa. Suponía un buen rato de risas hasta que se enfadaba, claro, por sospechar que le tomaba el pelo como efectivamente sucedía.
-Ah si, espera. Quieres las zapatillas ¿ no? No, no, perdona, te refieres a la bobina de hilo... ah no, que no es eso (las carcajadas amenazaban en estallar) ya, ya espera, seguiré con detenimiento la dirección que me indica tu dedo, eso me dará la pista definitiva... Ahí empezaba a volar su zapatilla con el objetivo de borrarme la sonrisa de la cara. Yo encogía el gesto, me ponía seria y le daba lo que pedía.
A menudo se le perdían las palabras, parecían atascárseles en algún lugar entre el paladar y los labios. Yo imaginaba, mientras la veía andar arriba y abajo, que tras sus pasos encontraría esparcidas por el suelo las que se le filtraban por un orificio imperceptible que mi fantasía situaba entre la espesura blanca de su nuca.

Mira – pensaba- ahí están las “tijeras” del otro día, “el bote de harina” de hoy, el “paraguas” de ayer... Recuerdo que me inclinaba a recogerlas y las iba guardando en un cofre imaginario al que llamé El cofre de las palabras de mamá. El fantástico cofre se fue haciendo día a día más pesado.
Poco a poco se le fueron perdiendo más palabras y con ellas las ideas de lo que quería hacer o decir en cada momento.

Dejó de parecerme gracioso el día que olvidó “eso” en el horno y casi provoca un incendio o cuando entraba en una habitación y dando vueltas sobre si misma se preguntaba, con lágrimas en los ojos, qué había ido a hacer allí.
Se le perdió el verbo, las ideas y hasta la mirada. No sé dónde fue mi madre a buscar sus palabras, lo que sé es que un día ya no regresó. La persona a la que ahora enseñaba a hablar ya no es ella.
He tenido que aprender a dibujar. Sencillos dibujos con colores muy vivos. Ahora están colgados por toda la casa. Las palabras que un día perdió las he ido atrapando en cartulinas pintadas:

Mesa, nevera, cama, silla
Armario, agua, pan, cucharilla
Baño, jabón, toalla, pastilla
Mamá, “mi nombre”, besos, pesadilla.
A veces me preguntan de dónde saco las fuerzas, la paciencia. Yo les digo que sólo tengo que abrir despacito y con cariño el cofre donde una vez guardé con humor pero con mimo las palabras de mamá.


Soy ahora su voz, su mano, sus ojos y solo tengo un deseo : que el día de su partida me mire, me sonría y pueda decirme Adiós hija mía.

septiembre 12, 2011

SOY

Soy
manta que calienta
faro que orienta
bastón de apoyo.

Soy
mano que alimenta,
palabra que sana
paciencia y hoyo.


Hilo y telar
oídos, manos , ojos

y mujer que aun hermosa
se marchita poco a poco
silenciosa.


Me recitaba el poema poniendo el alma en cada palabra y decía que lo compuso una noche cuando la casa se quedaba silenciosa. Las manos ajadas y llenas de años apartaban minúsculas motas de polvo visibles por el rayo de sol que se filtraba por las rendijas de la persiana. 
Ya no era guapa pero poseía la belleza que te da el vivir una vida intensa, o eso creía yo. En cualquier caso en cuanto fijaba sus ojos en ti te cautivaba.

La primera parte del poema hablaba de cómo la veían los demás y de cómo dedicó su vida a todos los que formaron parte de ella pero la última estrofa hablaba de soledad y de decepción. De deseos escondidos y de frustraciones. Le pregunté por esos versos y lo que me dijo transformó todo el sentido de mi argumento.
Me habló de un matrimonio feliz, de un hombre que la amaba por encima de todas las cosas. Un hombre sensible y silencioso que la acompañó siempre, que le dejó su espacio y su lugar, que nunca se quejó de sus silencios y sus distancias...
Entendí que ella agradecía la lealtad como se agradece en un perro pero ella me cortó incluso antes de acabar mi frase:

"No, estúpida jovencita. Tan ciega como yo a tu edad. El amor, niña, se presenta en mil formas. Debes vivir cualquier forma de amor, debes reconocerlo, atraparlo, mimarlo y conservarlo porque es frágil y se descompone como hoja muerta en suelo húmedo.
Me llevó toda una vida entender que el amor que me brindaron fue absolutamente puro y cuando creí que mis locos deseos por fin habían dejado de atormentar mi mente se me escapó entre los dedos como arena de desierto.
Vive cada momento, cada palabra, cada caricia . Disfruta del placer de la piel cuando otra piel le habla, atrapa el perfume de la carne contra la carne y mira siempre a los ojos de quien te mira. Los ojos nunca mienten cuando la mirada se mantiene. Vive, niña, vive y sueña pero no dejes que los sueños se vuelvan tiranos y te exijan la soledad."