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diciembre 16, 2013

EL PROFESOR ( ECOLOGÍA SEXUAL) I.

Ecología: Introducción,Organismos y Poblaciones.
 
Casi 240 páginas por delante que tenía que preparar en el maldito fin de semana.
El tiempo acompañaba: era frio, húmedo, plomizo y pesado. Invitaba al recogimiento y a la concentración y sin embargo su cabeza estaba a mil kilómetros del sofá y la chimenea que lo arropaban. Estaba pendiente del correo electrónico y de recibir los trabajos que sus estudiantes tenían que pasarle. Debía leer y puntuar cada uno de ellos antes de que acabara el trimestre y
llegaran las fiestas de Navidad.  17 alumnos, 16 trabajos entregados. Faltaba el de Laura Ruano, la chica explosiva de la segunda fila. La rubia imponente que le descolocaba cuando le miraba por encima de sus gafas de hipster.
Tumbado en su sofá leía, por fin concentrado, cuando el pitido de su teléfono le informó que acababa de entrar un correo nuevo.

No, ahora no, pensó. Que espere lo que sea. Cinco minutos más tarde sonó un nuevo pitido e inmediatamente otro más.
Soltó el libro y fue a por su portátil que descansaba, abierto, en la mesilla.  Leyó:

De: Laruano@gomail.esNo puedo, cielo. Todavía tengo que entregar el trabajo de ecología.Tengo que enviárselo al profesor hoy sin falta.
Me gustaría ir contigo a la fiesta de la facultad, lo sabes. Bueno, lo que me gustaría sería encontrarme con el profe
y por fin decirle con palabras lo que parece no entender con la mirada.
Estoy colada por él. Siempre me pone los dientes largos, los pezones duros y la entrepierna húmeda.
Tengo que hacer un trabajo de diez para que de alguna forma se fije. Tengo que meterlo en mi cama. Te escribo luego. Ciao.

Se quedó helado. No sabía qué hacer. Se veía a las claras que le había mandado por error ese correo. ¿ Se refería a él?.
Estúpido, claro que se refería a él. ¿ Qué debía hacer?. De momento estaba intentado acomodar en el calzoncillo lo que había despertado de su letargo de profesor aburrido. Pensar en esa chica le estaba calentando la sangre y pensar en que ella quería meterlo en su cama lo ponía al limite.

Leyó el segundo correo.

De: Laruano@gomail.es

Querido profesor, ruego perdone la demora en la entrega del trabajo, Espero que valga la pena. Adjunto pdf.
Gracias.

Bueno, al fin había entregado el trabajo. Ya tenía los 17. Intentaba volver a la realidad y olvidar el correo anterior.
Dejaría que se quedara en una mera anécdota. Debía volver al trabajo si no quería tener prisas más adelante. Le quedaba un correo por leer y volvería al libro.

De: Laruano@gomail.esProfesor no sé como disculparme. Envié un correo por error. Es imperdonable y me siento avergonzada.
Seguramente le parezca algo bochornoso o indecente pero ya no puedo borrar lo que está escrito.
Siento que se haya enterado de mis sentimientos de esta manera. Siento debilidad por usted. Espero que sepa olvidar o en su defecto me haga saber qué debo hacer con lo que siento.

Perdón.
LAURA

Volvió a quedarse estupefacto. ¿Decirle qué debe hacer?. Por Dios, debía dejar que le enseñara lo que este profesor, maduro e interesante ( es lo sabía que algunas alumnas decían de él) podría hacer con una mujer como ella.
Su cabeza empezó a verla desnuda en su sofá, vistiéndola de besos, lamiéndola, buscando dentro de sus bragas el botón que la encendiera.
Su intranquilidad aumentaba. Tenía que inventar algo que la trajera a sus manos, a su bragueta...

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