Tú que ahora estás leyendo ésto no esperes encontrar relatos de calidad, ni brillantes ni siquiera originales.Es mi rincón, el lugar donde dejo fluir mi imaginación, mis sentimientos y la tapadera que guarda mi esencia.Gracias por entrar en mi rincón, siempre serás bienvenido.

octubre 03, 2017

POSICIONANDOME

Siempre he sabido que posicionarse comporta riesgos, pero así soy yo. Intento ser honesta conmigo misma, intento que mi empatía patológica no me nuble el pensamiento crítico y por eso soy capaz de escuchar y convivir con personas que puedan estar en mis antípodas tanto racionalmente como a nivel de sentimientos.
Posicionarme me ha costado amistades preciadas y preciosas durante la Guerra de Israel, posicionarme me ha costado silencios y desprecios en cantidad de ocasiones cuando he criticado acciones políticas que no me parecían bien.
Ahora una vez más siento la necesidad de posicionarme a sabiendas de que volveré a tener algún que otro disgusto.
Soy catalana, soy de izquierdas, soy federalista y estoy de acuerdo con lo que el Gobierno catalán está haciendo. No soy, o no era, independentista, aunque siempre he creído que mi tierra, sí mi tierra, ha sido ninguneada y despreciada en tantas ocasiones que ya he perdido la cuenta.  Espero que lo que ahora está ocurriendo mueva conciencias y despoje a los políticos de medio pelo de sus poltronas y sus bolsillos llenos de dinero manchado. Que sirva para desbloquear una situación que ya dura demasiado. Que nos lleve a un estado moderno y de progreso y no a perpetuar trozos pegados de historia. Y si no puede ser pues estaré con los míos, como siempre, por una cuestión de dignidad más que de ideología.  Los míos, o “ellos” que una ya no sabe ni que etiqueta ponerse. No debería haber etiquetas, pero, no seamos hipócritas, este país es el dueño de la imprenta de etiquetas. 

He criado a mis hijos en la tolerancia del que no piensa igual, he querido darles las herramientas para elegir según sus convicciones fueran las que fueran y hoy es muy difícil conjugar esa manera de educar con lo que, una vez más, se ve en la calle y en los Parlamentos. 

Me podrán decir que estoy adoctrinada, que me han lavado el cerebro, que no soy agradecida… Yo escucharé todo, como siempre lo he hecho, desde el respeto más absoluto y exijo, si, exijo que se me trate del mismo modo. Y si no puede ser, si el que lee ésto está tentado de faltar la más mínima regla de educación le ruego me borre de sus “amistades”.
Lo único que pido es que el odio, el resentimiento, la ira, la venganza no formen parte de nuestras mesas… sólo eso.

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