Tú que ahora estás leyendo ésto no esperes encontrar relatos de calidad, ni brillantes ni siquiera originales.Es mi rincón, el lugar donde dejo fluir mi imaginación, mis sentimientos y la tapadera que guarda mi esencia.Gracias por entrar en mi rincón, siempre serás bienvenido.

mayo 27, 2014

Mio


El sol bajaba la cuesta lentamente. Descubría poco a poco cada centímetro de superficie, arrasando a su paso los restos de una oscuridad alcahueta de mil historias. Es curioso el sonido que produce la llegada del sol en cualquier calle estrecha de cualquier barrio. Si pones atención se oye una sinfonía de persianas, descarga de inodoros y duchas; pitidos de microondas, llantos de bebes hambrientos, o niños que piden a gritos " un poquito mas". Es la sinfonía del segundo turno. El primero ya hace rato que salió de sus casas entre silencios y las luces mortecinas de las farolas.


Yo seguía en el balcón, como toda la noche, acurrucada entre los almohadones de mi chillout de pobre, emborronando cuartillas, bebiendo tequila. Perdida entre estrellas y pensamientos inútiles. Volando de un sueño a otro y a otro hasta que la mañana me revelo, exhibió para mi, mis miserias. No la tela ajada que me rodeaba, o los barrotes descascarillados del balcón, no. Las miserias interiores que son las que más duelen cuando se hacen visibles. Durante la noche pude verme desde afuera, contemplar el guiñapo humano que gimoteaba por los sueños no cumplidos. La luz me desenmascaró. Lentamente, como la misma mañana, empecé a doblar las cuartillas en uno, dos, tres pliegues, hasta formar aviones de papel que eché a volar al mismo tiempo que los suspirros, las quejas, los lamentos... Era hora de ponerse en marcha y de trabajar por mi, por ti, por nosotros.
Uno de esos aviones de papel cayó a los pies de María que salía con prisas y compungida, como siempre. En otro momento no hubiera reparado en eso pero esa noche había soñado con aviones de papel. Aviones que volaban por encima de su cabeza y que ella intentaba cazar y no podía. Ahora si agarró con fuerza aquel papel y lo abrió :

Mio
Quiero sentirte mio, solo mio. Mio en lo que dura una mirada; mio en un beso, tu beso.                                                                                        

 Quiero sentirte mio mientras rozas con tus dedos mis caderas, cuando bordees mis senos saboreando sus cumbres,  cuando dentro de mi te abandones dejándome saciada , con la mirada extasiada y mis ojos enredados en los tuyos...
Quiero sentirte mio en esos instantes en los que no puedes ser de nadie, en los que eres absolutamente libre, en los que no ya no te perteneces ni a ti.
Después podrás ser de ella, de otra, de mil , no importa. En mi recuerdo, cuando el tiempo se detuvo, cuando nada importó más que el otro, cuando la vida se redujo a sentir, sabré que fuiste mio, solo mio...


María apretó la cuartilla contra su pecho , respiró profundo y se prometió que esa noche, cuando volviera a hablar con él, le pediría dar un paso más, un salto al vacío.

4 comentarios: