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septiembre 09, 2012

En el riesgo está el juego, ¿ no?.


Vi ésta fotografía y enseguida recordé un texto que hace mucho tiempo escribió Victor H. Flores. Cuando lo leí me pareció triste aunque real y siempre quise darle un final distinto. Ahora lo he hecho.


Aquí os dejo el enlace de ese precioso texto. No se entendería el uno sin el otro. Echarle un ojo, a mi me encanta.








Mi viejo amigo decía que todos, alguna vez, somos caballitos de madera en un carrusel de feria.


Hubo una vez uno de aquellos caballos que decidió salir del eje que lo tenía sujeto a un circulo sin fin. Estaba cansado de ver y no alcanzar a otra montura que le había robado el corazón y que a su vez perseguía, sin fin, otro sueño. Decidió que si podía ponerse ante él, que si podía hacerle saber que tras él existía alguien que estaba dispuesto a dejar de jugar el papel que la vida le había dado y arriesgar, caería sin remedio entre los pétalos del millón de flores que le prometería. Decidió que si le podía dar la libertad le seguiría con los ojos llenos de futuro por compartir.


Cada día movía su cuerpo de madera con pequeñas sacudidas casi imperceptibles. Poco a poco aprendió a mover el eje y a paralizarse para que nadie pudiera volver a sujetarlo y desbaratar su plan. Deseaba tanto tocar aquellas crines negras y sedosas, poder olerlo, tocarlo, besarlo que entendió que la paciencia era su aliada y que el esfuerzo, el riesgo, la voluntad y la determinación darían resultado.


Creyó que el amor lo podría todo, que con uno que amara y enseñara a vivir sueños al otro, bastaría. Creyó que en la vida sí hay segundas oportunidades, que la vida sin riesgo no es vida, que hay que saltarse las reglas si con ello se logra la felicidad.


Y cada día, en cada vuelta, movía un poco más la base que lo sujetaba a una realidad que no quería. Cada día, poco a poco estaba más cerca de un futuro distinto, de una aventura que le producía vértigo.


¿Bastaría todo el esfuerzo, todo el amor y todo el deseo para que el objeto de sus sueños quisiera compartir esa aventura con él?


En el riesgo está el juego, ¿no?

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