Nunca fuimos dos. Siempre hubo terceros que, sin estar, compartían con nosotros café, conversación y hasta momentos íntimos.
Tenían todo el derecho y sin embargo, a pesar de que intentábamos que no se notara su presencia, me destrozaba cada vez que alguno de ellos asomaba en nuestro rincón.
A penas duraba unos segundos, a penas. Sólo bastaba mirarte de nuevo a los ojos, a los labios y sabía que todo merecía la pena aunque nunca fuéramos dos...
March Güeris
" Uno y uno, tres"
Tenían todo el derecho y sin embargo, a pesar de que intentábamos que no se notara su presencia, me destrozaba cada vez que alguno de ellos asomaba en nuestro rincón.
A penas duraba unos segundos, a penas. Sólo bastaba mirarte de nuevo a los ojos, a los labios y sabía que todo merecía la pena aunque nunca fuéramos dos...
March Güeris
" Uno y uno, tres"
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