Tu, yo, nosotros...
En algún momento se os perdió el nosotros. Quedáis tú y él, cada uno en su rincón, como en un ring que cada día se hace más y más grande. Un ring sin campana, sin asaltos, sin adrenalina, ni retos, ni pasión...
Tú en una esquina, él en la otra, y en el centro la vida. Un lugar cómodo, sin sobresaltos, lleno de rutina, puta que a veces asfixia y otras templa y serena tu corazón vehemente.
No hay reproches, ni censuras. Hay un amor sin lujos, viejo y gastado. Hay compromiso, tozudez, y seguramente una ternura infinita.
Y también hay soledad. Una soledad que cada cual combate con sus armas. Uno proyectándose al exterior como pez fuera de la pecera y otro viajando a su interior buscándose, tratando de encontrar al que fue.
En algún punto del camino se quedó el " nosotros " pero casi ya no importa.
A lo mejor el " nosotros" tiene siempre fecha de caducidad .
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