Háblame de ti
Háblame, aunque ese tú sea ella.
No importa que me mires a través de sus pupilas,
no importa que los besos que no me das sepan a otros labios.
Háblame de cómo te tiembla la voz cuando oyes la suya
o de cómo tus piernas parecen arcilla cuando la esperas.
¿Las horas con ella parecen segundos?
¿Odias el tiempo cuando al dejarla en casa piensas en la próxima
cita?
Dime si podrías perderte en su sonrisa o si su mirada es el
faro que te lleva puerto.
Dime si tu primer pensamiento es ella o si cada vez que la
miras la descubres más bella,
Dime si tocar su piel es tocar la más exquisita flor o si su
pelo es la telaraña que atrapa tus sueños…
Yo escucharé lo que quieras decirme, sin arrastrar la mirada
por tu rostro, sin que mi voz tenga un tinte de añil ternura o se me escape un
susurro al oír la tuya.
Te esperaré sentada para que mis piernas no me traicionen y
no miraré tu pelo azabache para no caer presa del encantamiento de su brillo y
no tocaré tu mano cuando descanse sobre la taza de café.
Prometo poner el hombro y el oído y la cabeza en cada una de
tus palabras y no soñar que podrían ser para mí. Prometo ser fiel amiga aunque en
ello se me escape la vida.
Estremecedor gesto de amor, auténtico y valiente...el que nos entrega la protagonista de la historia de hoy. Con un amor así, suele ser raro que la segunda persona no se gire y la abraze hasta el infinito.
ResponderEliminarSería autentico...
Pero manda la pluma del autor/a
¡ENHORABUENA!!!!
Algún día quiero llegar a escribir relatos como tu....ufff
mucho nivel tienes para mi...
Gracias corazón de oro.
Abrazos
Gracias !!!!!
ResponderEliminarMil veces gracias a ti y a tus poemas y a la forma en que durante todos estos años hemos ido tejiendo una mantita de cariño. Sin grandes gestos, sin público, como se hacen los buenos guisos, al chup-chup.
Un beso grande, grande.